Nací en el barrio de Almeda, en Cornellà de Llobregat (Barcelona) en 1959. Con dos añitos, mis padres se mudaron a Sant Boi de Llobregat y desde entonces, ahí sigo. Me encantan ambos lugares.
Terminado el bachillerato, y después de haber experimentado mi vida laboral en diferentes y diversos ámbitos profesionales, llegó el obligado servicio militar. A partir de entonces, se acabada esa primera etapa de la vida en la que se supone que has aprendido a afrontar todo lo que te puede llegar a venir, y entonces empiezas a pensar cuál será tu destino. Me casé y entré en la Guardia Civil; lugar este en el que no tardé en incorporarme en el Servicio de Información. Ahí empecé a forjar mi vida dentro de la investigación policial. Una etapa donde descubrí esa pasión y pude tener la oportunidad de formar parte de grupos especiales como lo fue primero el de “Delincuencia Organizada” y más tarde el de “Antiterrorismo”. Una etapa donde no solo me formé profesionalmente, sino que acabó siendo donde dejé mi alma. Y muchos recuerdos ingratos entre los restos de muchas víctimas en aquel desagradable proceso terrorista que sufrió nuestro país durante muchos años. Tiempo después decidí hacer un parón y solicité un excedencia (la cual aún conservo) y probé fortuna haciendo lo mismo en el ámbito privado. Fue entonces cuando abrí mi propia agencia de detectives.
El resto de mis años, hasta el día de hoy, me lo he pasado resolviendo asuntos laborales, matrimoniales, procesos civiles y algún que otro caso penal. Trabajos que me sirvieron para ver la parte más oscura de la sociedad en la que vivimos. Etapa que despertó en mí las ganas de explicar todo lo que se vive en ese mundo de desventuras de mucha gente. Ahí me di cuenta que, para la gente, ser detective, era algo «especial». Todos me decían que lo veían como una profesión excitante y maravillosa (qué lejos están de la realidad).
Durante mis años adultos intenté formarme más y obtuve varias diplomaturas con las que ahora cuento en mi currículo:
-Detective Privado por la Universidad de Barcelona.
-Perito Grafólogo (Experto en Pericia Caligráfica y Documentoscopia) por la Universidad de Barcelona.
-Director de Seguridad por la Universidad de Barcelona.
-Máster en Criminalística y Ciencias Forenses por la Universidad de Barcelona.
Facultades estas con las que, independientemente del obligado redactado de atestados e informes periciales y la de los miles de casos de investigación privada, me sirvió para creer que podría mostrar, en mi vertiente literaria, todo aquello sobre lo que yo había conseguido vivir y sufrir en mis propias carnes. Y claro está, la única manera de hacerlo era a través de la ficción y novelarlo. Y así fue.
En el año 2010, después de haber estado durante varios años escribiendo como columnista en varios periódicos locales (TRIBUNA, EL BAIX, etc…) y haber escrito varios relatos, me atreví a probar suerte escribiendo algo más extenso y lo hice a través de una novela. Al hacerlo, tuve la fortuna que esa, mi opera prima, Un cadáver para un detective (Editorial Circulo Rojo – 2011), fuese premiada con el premio de «Novela Negra» otorgado por el Colegio Oficial de Detectives Privados de Cataluña. Llegando a tener tres ediciones.
Todo ello me animó a pensar que a alguien le había gustado leer mis historias ficcionadas por medio de un detective y me animé a continuar escribiendo. Y mucho más cuando una editorial, Raima ediciones, me llamó y me propuso editar un libro de relatos y anécdotas de detectives. Me dejé embaucar y se editó el ¿Estoy llamando a un detective?, donde se recogen trece experiencias reales que me han ocurrido a lo largo de los años que, en ese momento, llevaba como investigador privado.